
Las cosas se fueron dando y hoy me encuentro cansada y más rato me encontraré durmiendo. Y, probablemente, mañana me encuentre poniéndome nuevamente las pantuflas. Y así, varios días, meses, años.
Por lo tanto, que no venga nadie a decrime cómo ponerme un par de acolchadas pantuflas, con técnicas menos agotadoras o con botones extravagantes que prenden otros aparatos, los cuales simultáneamente me sentarán y vestirán. No necesito eso, ni a esos individuos que creen que me ayudan.
PD: Para el que le llegue.
4 comentarios:
probablemente?eso nunca si sabe.
mmmm la rutina.
habia un monje que todas las noches ponía su vaso con la boca asia a bajo.podia ser que no despertara vivo.
cuando era shica me daba una emocion dormir,sabia que habia una posibilidad remota o no...nose.de que me cayera un meteorito en la cabeza.
:)
y los meteoritos siguen estando.
waja.
así agradeces mis consejos?
eres sumamente quiyampita charolastra.
=)
Daniela, creo que un poco de desorden y confusión nunca están demás. Ojalá que no sólo te pongas las pantuflas, sino que puedas cambiarlas por zapatos -cuando tú lo decidas- y caminar por distintos caminos.
Saludinesss desde c/Huamaxuco 444
Publicar un comentario