sábado, 27 de octubre de 2007

Humedad viviente

Pensé que ya era parte del pasado. Pensé que ya no sentía nada por él hasta que lo vi y desde entonces no dejo de pensar en él. Al principio creí que estaba observando mal, así que me saqué los lentes de sol, unos de mis más fieles compañeros junto a este pc, y fijé la mirada en él. Estoy segura que no me divisó porque siguió nadando con la misma holgura, con la misma tranquilidad de un principio, concentrado en cada braceo para mantenerse a flote.

Yo no puedo olvidarlo. Regresa a mi memoria como una imagen que se posiciona entre ceja y ceja. Su pelo húmedo, sobre todo en la parte de la cabeza ¡me provoca náuseas! Esa rata del estero revivió mi eterno trauma. En realidad tenía el tamaño de un guarén